"Obsesión: Del latín obsessĭo. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente..." ¿Qué sucede cuando un simple gusto, una simple atracción, se convierte en obsesión? Surge una buena trama para una película como The Collector (The Butterfly Collector) (1965).

Si hay un tipo de películas que nunca puedo dejar de ver a medias, son aquellas en las que el protagonista es acosado por una persona obsesiva. Ya sea mujer u hombre, estas tramas nunca cansan. Y lo podemos notar en miles de versiones sobre el mismo tema ("Swimfan [2002]", "Obsessed [2009]", "Obsession [1976]"). Más alla de que el filme sea bueno, regular o malo, es innegable la curiosidad de saber qué pasará al final. ¿Matarán al acosador? ¿Lo descubrirán? ¿Sobrevivirá la/el pobre e inocente protagonistx?

También funcionan, sobre todo, porque siempre se puede explorar el tema de "la obsesión" y crear diferentes historias y contextos. En varias de ellas, la obsesión -a veces- parte del deseo de querer ser como el otro individuo o, inclusive, de querer "poseerlx".

Pues, en The Collector, nuestro protagonista (con una perturbadora fascinación hacia las mariposas), interpretado por Terence Stamp, se obsesiona con la dulce e inocente Miranda Grey (Samantha Eggar). Su obsesión le carcome tanto la mente que un día decide secuestrarla y encerrarla en el sótano de su tétrica mansión, hasta que ella logre enamorarse de él. Una mezcla de suspenso y romance, éste filme, sin duda, es uno de mis favoritos, incluido en mi "menú" de películas.

Muy recomendada, sobre todo por la brillante actuación de un joven Terence Stamp en sus inicios en la pantalla grande.