Becca y Howie son esposos, Becca y Howie tienen problemas, Beca y Howie han perdido a su hijo. De entre las cinco etapas conocidas del duelo (negación, ira, negociación, depresión y aceptación) cada uno llega a una respectiva etapa a su tiempo, a su modo. La verdadera cuestión es que, como siempre, todos pueden entender -o, al menos, tratar de hacerlo- su dolor, pero no dejar de vivir sus propias vidas por eso. Entonces,  depende de ambos, juntos, aprender a acompañarse en ello; sobre todo, porque sus emociones no son siempre compatibles. ¿Difícil? Absolutamente.

No obstante, esta no es una historia de resiliencia propiamente dicha, no es sobre cómo la pareja llega a la aceptación de su pérdida. Es sobre cómo reaccionan frente a ella y sin heroísmos emocionales, sino de una forma extrañamente humana. Y creo que es justamente ahí donde radica una de sus principales bondades, pues opaca las distintas falencias que podamos encontrarle.

Estrenada en el 2010, Rabbit Hole -título en alusión a la expresión "nacida" en la obra de Lewis Carroll- es  la adaptación de una novela al cine, se mantiene en estos días en nuestra cartelera local y resulta recomendable, porque la carga dramática del argumento ha sido equilibrada con escenas divertidas, en los muchos aspectos -y complicaciones- de la palabra. Vayan a verla y descubran junto a los personajes, qué pasa después de haber llegado sin querer a ese bendito agujero del conejo.